sábado, julio 27

Tiroteo en Praga pone de relieve el laxo control de armas en la República Checa | Internacional

David K., un estudiante de 24 años, abrió fuego este jueves en el edificio de la Facultad de Artes y Filosofía de la Universidad Carolina, situado en el centro de Praga, matando al menos a 14 personas e hiriendo a otras 25. , presuntamente utilizó un rifle obtenido legalmente, según las primeras indicaciones de la policía. La República Checa es uno de los miembros de la Unión Europea con las políticas de control de armas más permisivas y se ha opuesto sistemáticamente a la incorporación de normas de control de armas más estrictas.

Las autoridades checas, tras descartar la conexión del ataque con el «terrorismo internacional», revelaron que el atacante poseía «varias» armas que había adquirido legalmente. Posteriormente se confirmó que tenía registradas ocho armas, dos de ellas largas. Según los medios locales, David K. utilizó un rifle de asalto AR-10, de la misma familia que los AR-15 utilizados a menudo en tiroteos masivos en Estados Unidos, para llevar a cabo el ataque.

El alcalde de Praga, Bohuslav Svoboda, citado por la televisión pública checa, aseguró que allí también está surgiendo «el problema del atacante solitario». “Siempre pensamos que esto era algo que no nos concernía. Ahora resulta que nuestro mundo también está cambiando”, lamentó.

La conmoción provocada por el episodio resonó en el Ministerio del Interior, donde «no durmieron» la noche del jueves, explicó el ministro en declaraciones a la prensa. Independientemente del impacto, el ataque planteó dudas sobre la regulación checa. El ministro del Interior, Vít Rakusan, reconoce que «este es un debate legítimo», aunque sostiene que, en comparación con otras normas, «es en muchos aspectos más estricto que el de otros lugares del mundo».

Pero además de defender que ninguna ley «garantiza al 100% la prevención de ataques», el ministro del Interior aseguró que el Parlamento se encuentra ya en la última fase de un proceso legislativo para hacer de la actual ley sobre control de armas algo más garantizado. «Es una triste paradoja», dijo. Porque una vez aprobada, la reforma permitirá a las empresas denunciar a la policía «compras sospechosas» de armas o municiones. Las fuerzas de seguridad también podrán confiscar armas de forma preventiva. Además, propone la creación de autorizaciones electrónicas, en sustitución de las licencias actuales.

De momento el Gobierno no ve un peligro inminente de otra amenaza, pero ha incrementado las medidas de precaución hasta el 1 de enero, con una mayor presencia policial en las calles donde se concentra un número considerable de personas con motivo del periodo navideño.

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300.000 personas armadas

En la República Checa, un país de 10,5 millones de habitantes, circulan más de un millón de armas registradas y, según datos policiales de finales de 2022, están en posesión de unas 300.000 personas. Para obtener la licencia de propiedad, el solicitante no puede tener antecedentes penales y debe pasar una prueba psicotécnica, además de otras pruebas de aptitud mental. Esta última disposición se introdujo tras el tiroteo masivo de 2015 en Uhersky Brod, una ciudad del este del país, en el que murieron nueve personas, incluido el atacante. También hay exámenes. Uno es escrito, cuya dificultad depende del tipo de licencia que se quiera obtener, y el otro es práctico, para demostrar un buen manejo del arma, como la precisión del tiro.

Cuando, tras los ataques de París de 2015, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE decidieron aumentar las restricciones al acceso a armas semiautomáticas, la República Checa fue uno de los opositores más acérrimos. Praga apeló ante el Tribunal de Justicia de la UE en 2017 y concluyó que la directiva constituía, en palabras del entonces Ministro del Interior, Milan Chovanec, “un castigo masivo para los poseedores legales de armas” y que “afectaría negativamente” a la seguridad. del país. La justicia europea rechazó el recurso en 2018, señalando que la orden no invadía competencias nacionales.

A pesar de estas luchas a nivel europeo, desde 2021 la República Checa protege en su Constitución “el derecho a defender la vida propia o la de otra persona con armas en las condiciones establecidas por la ley”. La ley que regula este derecho permite a los mayores de 18 años obtener una licencia si el arma se utiliza para deporte o caza. Cuando se concede una licencia de defensa personal, la edad mínima se eleva a 21 años.

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