La indumentaria japonesa ha fascinado al mundo por su habilidad para combinar lo tradicional con lo contemporáneo, y ningún otro nombre tiene tanta presencia en este contexto como el de Issey Miyake. Nacido en Hiroshima en 1938, Miyake se asoció con la creatividad sin límites, rompiendo con las normas establecidas en el ámbito de la moda y el diseño industrial. Sus innovaciones radicales abarcan desde la redefinición conceptual de las prendas básicas hasta la utilización innovadora de tecnología textil, consolidándose como un verdadero precursor cuyo legado sigue presente tanto en las pasarelas como en los vestuarios diarios.
Avances técnicos: pliegue y tecnología en uso
Uno de los logros más distintivos de Miyake es la creación de la colección Pleats Please, lanzada en 1993. Inspirándose en un método de plisado permanente, Issey Miyake trabajó con pliegues que se formaban después de confeccionar la prenda, mediante una mezcla de calor y presión. Este procedimiento lograba una extraordinaria flexibilidad y adaptación al cuerpo, una innovación que transformó no solo la estética de la moda, sino que también agregó nuevas dimensiones de funcionalidad: prendas livianas, fáciles de mantener y que recuperaban su forma incluso después de lavarlas o manipularlas intensamente. La técnica fue tan influyente que motivó a futuras generaciones de diseñadores a explorar con materiales poco comunes y manipulación de textiles.
Además, Miyake revolucionó el uso del poliéster y otros materiales sintéticos, materiales históricamente subvalorados en la alta costura. Mediante el cruce de investigación científica y diseño artístico, su estudio logró desarrollar textiles capaces de reaccionar a estímulos externos, abriendo caminos a la creación de ropa inteligente y prendas que interactúan con el usuario y el entorno.
Análisis de la figura: mujeres y hombres, trascendiendo el género
Issey Miyake rompió continuamente con los patrones convencionales de la figura humana en la indumentaria. Influenciado por el arte del origami y la funcionalidad del embalaje industrial, sus líneas, como “A-POC” (A Piece of Cloth) lanzada en 1998, presentaban piezas elaboradas a partir de un solo tubo de tela, producido mediante máquinas de tejer industriales con control digital. Esta técnica disminuía el despilfarro de tela y permitía al usuario cortar la prenda según su medida, fomentando así las ideas de sostenibilidad y personalización. Miyake transformó el vínculo entre el creador de moda y el usuario, otorgando a este último un papel participativo en la realización final de su vestimenta. Esta manera de pensar ha motivado incluso a actuales marcas de moda circular y de “do it yourself”.
Su enfoque innovador respecto a las nociones de género logró traspasar límites incluso antes de que expresiones como «moda sin género» fueran ampliamente conocidas. Steve Jobs mismo quedó encantado con la sencillez y flexibilidad de sus diseños, eligiendo durante mucho tiempo los suéteres de cuello alto creados por Miyake, construyendo así un vínculo entre la moda de vanguardia y lo diario.
Novedades en filosofía: acceso equitativo y sostenibilidad
Más allá de la técnica, Issey Miyake abrazó una filosofía de accesibilidad y respeto hacia el usuario. Apostó por prendas que se adaptasen a cuerpos diversos, rechazando la rigidez de las tallas estandarizadas y celebrando la pluralidad de formas humanas. Su colección “Plantation”, presentada en los años ochenta, exploró materiales naturales y procesos de teñido artesanales que reflejaban su interés por la relación armónica entre el cuerpo, la prenda y el planeta. A diferencia de otros grandes diseñadores, Miyake vio en la moda una herramienta de transformación social: sus propuestas estaban pensadas tanto para la pasarela como para la vida diaria, diluyendo así la división entre lo utilitario y lo artístico.
Su atención al ciclo de vida de la prenda y su compromiso con materiales sostenibles precedieron el actual auge de la moda ecológica. Este pensamiento, hoy esencial, era pionero en un momento en el que la industria priorizaba el consumo acelerado y el descarte.
Colaboraciones interdisciplinares: moda, arte y tecnología
El mundo de Miyake trasciende el ámbito de la moda tradicional. Su equipo ha trabajado ampliamente junto a arquitectos, ingenieros, diseñadores industriales y artistas como Shiro Kuramata, Dai Fujiwara y Toshiko Mori. Muestras en instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y la Fundación Cartier de París han investigado la intersección entre arte y funcionalidad, destacando la perspectiva holística de Issey Miyake en el diseño.
En 2007, con el debut de “132 5. ISSEY MIYAKE”, Miyake y su equipo, junto al colaborador Jun Mitani, integraron algoritmos matemáticos para crear prendas tridimensionales capaces de transformarse en singulares formas planas, como si de esculturas plegables se tratara. Este experimento con geometrías computacionales marcó un hito en el diálogo entre matemática, ingeniería y moda.
Herencia de innovación y visión humana
El impacto de Issey Miyake va más allá del ámbito de la moda. Desde el desarrollo del plisado permanente y la innovación textil de vanguardia, hasta la creación de un diálogo entre moda, arte, ciencia y tecnología, Miyake enfocó la confección de vestimenta con una visión muy humana. Su énfasis en la comodidad, la versatilidad y el acceso democratizado al diseño movió a reconsiderar los principios básicos del sector. En la actualidad, al ver las tendencias de sostenibilidad, personalización digital y diversidad de género, está claro que la influencia de sus contribuciones sigue vigente y en transformación, como los pliegues interminables de sus obras.