Mueren 61 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, en un naufragio frente a las costas de Libia | Internacional

Según el informe, al menos 61 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, han muerto en un «trágico» naufragio frente a las costas de Libia. Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La organización, perteneciente a la ONU, lo especifica en un comunicado difundido a través de la red social Zuara (68 kilómetros al oeste de Trípoli)”.

“El Mediterráneo central sigue siendo una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo”, especifica la OIM en la nota. El pasado mes de junio, un barco pesquero que partía de Tobruk (al este de Libia, cerca de la frontera con Egipto) con cientos de inmigrantes a bordo se hundió frente a las costas de Grecia. Al menos 78 personas murieron y más de 600, entre ellas mujeres y niños, que se encontraban a bordo del barco fueron reportadas como desaparecidas. En el primer semestre de este año, la OIM contabilizó 2.200 migrantes fallecidos en todo el mundo, en su mayoría a causa de naufragios, de los cuales 1.727 se concentraron en el Mediterráneo central. Desde 2104 se han contabilizado 22.400 muertos en esta ruta, aunque se estima que el número de víctimas de naufragios es superior.

Túnez, desde donde zarpan nueve de cada diez pequeñas embarcaciones y barcos de alquiler hacia Europa en el Mediterráneo central, es ahora el principal punto de partida. La gran mayoría de las llegadas se producen a la isla italiana de Lampedusa, en peligrosas embarcaciones metálicas que los propios inmigrantes construyen en la costa de Sfax (270 kilómetros al sur de Túnez), adonde llegan en apenas un día de navegación.

Las llegadas de inmigrantes irregulares a Italia por mar desde Túnez y Libia casi se han duplicado en lo que va de 2023, llegando a 153.000 personas. Hasta el 9 de diciembre, la guardia costera libia había interceptado cientos de embarcaciones con más de 15.300 personas siendo repatriadas al país norteamericano, considerado «inseguro» por organizaciones de derechos humanos.

Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó esta semana un informe en el que denuncia abusos y malos tratos a solicitantes de asilo y migrantes en centros de detención en Trípoli, donde miles de extranjeros son detenidos arbitrariamente. El sábado, la agencia antiinmigración ilegal del gobierno de unidad nacional de Libia liberó a 106 inmigrantes de nacionalidad siria, sudanesa y palestina «con la condición de que no intenten volver a cruzar el mar para llegar a la Unión Europea», según el Ministerio del Interior. agencia.

EL La Organización Internacional para las Migraciones también ha denunciado el retorno voluntario de 136 inmigrantes de Bangladesh, incluidas dos familias, de los cuales 41 tenían problemas de salud. Egipcios, bangladesíes y sirios son las principales nacionalidades de los migrantes que salen de Libia y logran llegar a las costas europeas, especialmente las italianas. Según el último informe de las Naciones Unidas, cerca de 700.000 inmigrantes de unas 40 nacionalidades se encuentran en Libia esperando llegar a los países occidentales.

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Regreso de la colaboración tunecina

Túnez parece haber reactivado recientemente la colaboración con la Unión Europea en el control de los flujos migratorios irregulares. La decisión del país magrebí se produce tras la descortesía del presidente tunecino, Kais Said, que en septiembre había calificado de «ridícula» una ayuda financiera de 127 millones de euros derivada del acuerdo irregular sobre inmigración firmado en julio con Bruselas. Los desacuerdos con la UE han resultado en un menor control de la inmigración por parte de la guardia costera tunecina.

El memorando de entendimiento con la UE, firmado en julio por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, prevé una ayuda de hasta 1.000 millones de euros a Túnez para contener la inmigración irregular hacia Europa y pueda superar la grave crisis financiera que vive. En los últimos ocho años, la policía tunecina interceptó una media del 48% de los inmigrantes que partían de las costas del país. En julio el porcentaje se redujo al 15%. En agosto, las interceptaciones cayeron aún más, hasta el 4%, antes de aumentar hasta el 21% en septiembre.

El sábado en Roma, en presencia de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo que Italia y el Reino Unido estaban dispuestos a «romper con el consenso europeo» para abordar la inmigración irregular. En un evento organizado por el partido de extrema derecha de Meloni, Sunak pidió redoblar los esfuerzos para frenar la inmigración ilegal. «Para que esta disuasión sea creíble, tendremos que hacer las cosas de manera diferente», advirtió, «y si no abordamos el problema, el número de personas no hará más que aumentar y nuestros países se verán abrumados».

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By Gabriela Hernandez González

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